Química


Desarrollo Tecnológico y Científico del Estado

Por lo general, para la gente común, hablar de investigación es tabú, pues la sola mención
de la palabra remonta nuestra imaginación hasta un laboratorio, con un montón de tubos
interconectados que contienen sustancias con olores y sabores irreconocibles, o bien, a
un lugar solitario, inhóspito y peligroso en un sitio de nuestro planeta o fuera de él, donde
un personaje excéntrico realiza su trabajo. Con solo estos antecedentes, muchas veces
tomados de la televisión, películas o cualquier otro medio de comunicación, salimos corriendo
para olvidarnos del asunto.
Sin embargo, desde los inicios de nuestra civilización, el hombre ha aplicado la investigación
a todos los acontecimientos de su vida; al principio otorgándole poderes sobrenaturales
a los dioses, después, a través de la observación de los fenómenos repetidos, su experiencia,
la experimentación y deducción ha ido comprendiendo su entorno hasta llegar a
los conocimientos de nuestros días. Imaginemos a ese ser primitivo, temeroso, ignorante,
asediado por las creencias religiosas y costumbres sociales de su comunidad, prácticamente
atado de manos y castrado de sus capacidades de razonamiento por los factores
antes mencionados. Pese a ello, algunos superando todos estos obstáculos, aún perdiendo
su reputación, riqueza o hasta la misma vida, nos han legado lo que hoy tenemos en
ciencia y tecnología.
El ser humano actual tiene todas las ventajas tecnológicas y científicas para hacer investigación,
ya sea en ciencias sociales, naturales o exactas, prácticamente no hay barreras
para lograrlo, a no ser talvez de la indolencia, la pereza o algunas trabas burocráticas y
económicas.